Minerva:
ASPECTOS SOMBRÍOS DEL ARQUETIPO DEL SANADOR, o EL SANADOR NO MANIFESTADO
"Experimentamos el lado sombrío del sanador cuando descuidamos nuestra propia salud y bienestar. Cuidar de nuestra salud requiere un compromiso con los hábitos que afirman la vida. Cuando caemos en hábitos que no afirman la vida, el niño herido del Sur revela el aspecto sombrío de este arquetipo: se siente lleno de necesidades, se retira, y acaba siendo un mártir. El arquetipo del sanador tiene un aspecto sombrío que revela nuestra naturaleza adictiva y nuestros comportamientos que niegan la vida. Solemos denominarlos adicciones. Debajo de cada adicción puede muy bien haber un individuo que sea un mártir indulgente, incapaz de buscar su propia salud y bienestar. Cuando insistimos en estos comportamientos abrimos las puertas a la enfermedad y al malestar.
LAS CUATRO ADICCIONES UNIVERSALES
1. La adicción a la INTENSIDAD. suele estar presente en los individuos que no soportan el aburrimiento. Si las cosas se vuelven rutinarias y sin chispa, la gente adicta a la intensidad dramatiza y exagera sus experiencias para sentirse viva. Muchas de estas personas utilizan las drogas, el alcohol o el sexo para intensificar su vivencia y crear la ilusión de más chispa y vitalidad. La intensidad es el lado sombrío del amor. En este caso, el recurso humano no reconocido es la expresión del amor
2. La adicción a la PERFECCIÓN. Algunas sociedades indígenas perciben claramente la diferencia entre perfección y excelencia. La perfección no tolera los errores, mientras que la excelencia los incorpora y aprende de ellos. Las personas adictas a la perfección muestran poca tolerancia hacia los errores o a exponerse a cualquier vulnerabilidad, sea del tipo que sea. Equiparan la vulnerabilidad con la debilidad más que con la fuerza. Contrariamente a esta visión, las sociedades indígenas consideran que la expresión de vulnerabilidad es una muestra de fuerza.
El recurso humano no reconocido es la expresión de la excelencia y el uso justo del poder
3. La adicción a la NECESIDAD DE SABER. Cuando somos adictos a la necesidad de saber, nos convertimos en maestros del control y tenemos fuertes problemas de desconfianza. Todo tiene que ser analizado, la información ha de ser controlada y debemos seguir una estrategia en las relaciones. Nos hacemos dogmáticos, justicieros, críticos y arrogantes. Estas características son el lado sombrío de la sabiduría. Si esta adicción está bien desarrollada, el recurso humano de la sabiduría, que conlleva características como la objetividad, la claridad y el discernimiento, está, esperando ser integrado.
4. La adicción a ESTAR ATADO A LO QUE NO FUNCIONA MÁS QUE A LO QUE FUNCIONA. Si esta adicción está muy desarrollada, existe una tendencia a exagerar las experiencias negativas y a ampliarlas desproporcionadamente. Tendemos a mirar la vida desde una perspectiva fija, no reconocemos nuestros puntos ciegos y somos incapaces de confiar en la intuición. Esta adicción es el lado oscuro de las cuatro formas de ver: intuición, visión interna, percepción y visión holística. Las cuatro formas de ver nos permiten integrar plenamente el don de la visión y liberarnos de la adicción que nos fija a lo que no funciona. Cuando esta adicción está plenamente desactivada, comenzamos a mirar y valorar las bendiciones, dones, talentos y recursos de que disponemos en nuestra vida".
(Las Cuatro Sendas del Chamán, Ángeles Arrién)
ASPECTOS SOMBRÍOS DEL ARQUETIPO DEL SANADOR, o EL SANADOR NO MANIFESTADO
"Experimentamos el lado sombrío del sanador cuando descuidamos nuestra propia salud y bienestar. Cuidar de nuestra salud requiere un compromiso con los hábitos que afirman la vida. Cuando caemos en hábitos que no afirman la vida, el niño herido del Sur revela el aspecto sombrío de este arquetipo: se siente lleno de necesidades, se retira, y acaba siendo un mártir. El arquetipo del sanador tiene un aspecto sombrío que revela nuestra naturaleza adictiva y nuestros comportamientos que niegan la vida. Solemos denominarlos adicciones. Debajo de cada adicción puede muy bien haber un individuo que sea un mártir indulgente, incapaz de buscar su propia salud y bienestar. Cuando insistimos en estos comportamientos abrimos las puertas a la enfermedad y al malestar.
LAS CUATRO ADICCIONES UNIVERSALES
1. La adicción a la INTENSIDAD. suele estar presente en los individuos que no soportan el aburrimiento. Si las cosas se vuelven rutinarias y sin chispa, la gente adicta a la intensidad dramatiza y exagera sus experiencias para sentirse viva. Muchas de estas personas utilizan las drogas, el alcohol o el sexo para intensificar su vivencia y crear la ilusión de más chispa y vitalidad. La intensidad es el lado sombrío del amor. En este caso, el recurso humano no reconocido es la expresión del amor
2. La adicción a la PERFECCIÓN. Algunas sociedades indígenas perciben claramente la diferencia entre perfección y excelencia. La perfección no tolera los errores, mientras que la excelencia los incorpora y aprende de ellos. Las personas adictas a la perfección muestran poca tolerancia hacia los errores o a exponerse a cualquier vulnerabilidad, sea del tipo que sea. Equiparan la vulnerabilidad con la debilidad más que con la fuerza. Contrariamente a esta visión, las sociedades indígenas consideran que la expresión de vulnerabilidad es una muestra de fuerza.
El recurso humano no reconocido es la expresión de la excelencia y el uso justo del poder
3. La adicción a la NECESIDAD DE SABER. Cuando somos adictos a la necesidad de saber, nos convertimos en maestros del control y tenemos fuertes problemas de desconfianza. Todo tiene que ser analizado, la información ha de ser controlada y debemos seguir una estrategia en las relaciones. Nos hacemos dogmáticos, justicieros, críticos y arrogantes. Estas características son el lado sombrío de la sabiduría. Si esta adicción está bien desarrollada, el recurso humano de la sabiduría, que conlleva características como la objetividad, la claridad y el discernimiento, está, esperando ser integrado.
4. La adicción a ESTAR ATADO A LO QUE NO FUNCIONA MÁS QUE A LO QUE FUNCIONA. Si esta adicción está muy desarrollada, existe una tendencia a exagerar las experiencias negativas y a ampliarlas desproporcionadamente. Tendemos a mirar la vida desde una perspectiva fija, no reconocemos nuestros puntos ciegos y somos incapaces de confiar en la intuición. Esta adicción es el lado oscuro de las cuatro formas de ver: intuición, visión interna, percepción y visión holística. Las cuatro formas de ver nos permiten integrar plenamente el don de la visión y liberarnos de la adicción que nos fija a lo que no funciona. Cuando esta adicción está plenamente desactivada, comenzamos a mirar y valorar las bendiciones, dones, talentos y recursos de que disponemos en nuestra vida".
(Las Cuatro Sendas del Chamán, Ángeles Arrién)
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