Me quedé de piedra
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Una periodista de Crónica se somete a la 'jibarización' de su cuerpo
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Se realiza con una tecnología única en el mundo
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De 1,60 metros queda reducida a una foto-escultura de 14 cms
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Algunos se inmortalizan con un váter, otros con sus peluches o mascotas...
Una empresa española ha inmortalizado en miniatura a miles de personas.
SERGIO GONZÁLEZ VALERO
Es un cuarto oscuro y
vacío. Las paredes y el techo son negros, al igual que el estante en el
que reposan cuatro computadoras, una al lado de la otra. En cada
esquina, hay una cámara y, debajo, un proyector. En el medio, se erige
una pequeña tarima rectangular. Allí es donde ocurre la magia y allí me coloco yo.
Sonríes mirando a una de las cámaras y mantienes la pose durante dos segundos y medio, en los que luces blancas e intermitentes invaden la habitación. El tiempo es suficiente para que el escáner te mida en el espacio y trace, en las computadoras, dos millones de puntos que conformarán tu figura desde todos los ángulos. Así comienza la aventura de petrificarse en miniatura, y no precisamente por el frío.
ThreeDee-You es el nombre del lugar donde esto sucede. Se trata de un estudio ubicado en el tercer piso del inmueble número 9 de la calle Hortaleza, en Madrid. Cleto de Matos (emparejado, sin hijos) es su director, y recibe allí a Crónica en una tarde veraniega. «Hoy en día la gente no va a estudios, a menos que sean modelos o trabajen en publicidad. Por eso, la gente disfruta esta experiencia, por la preparación», cuenta.
Sin embargo, el producto que entrega a sus clientes dista mucho de ser una foto tradicional: «De esas tenemos millones. Las guardamos, nunca se ven, no son ya un recuerdo. Esto, en cambio, es especial, único, personal y sí lo van a ver». Con esto, De Matos se refiere a la foto-escultura. Y a eso me va a dejar reducida.
En 2010, el portugués De Matos y su estudio fueron pioneros en España y en el mundo. Se adelantaron, incluso, a los japoneses, quienes en 2012 estrenaron su primer estudio tridimensional, en el que la pose se debía mantener por 15 minutos.
«Usamos el escáner de personas más rápido del mundo», argumenta De Matos, quien enumera una lista de países de procedencia de sus clientes: Suecia, Indonesia, Holanda, Francia, Alemania e, incluso, Japón. Asegura que, sumados a los españoles, han sido miles los que se han petrificado en sus estudios, en los últimos cuatro años. Su récord está en más de 40 personas en un día. Pero De Matos no da más detalles. «Llegar aquí costó mucho», explica en castellano perfecto, con un leve acento portugués que no se ha ido a pesar de los 27 años que lleva en España. Llegó a Madrid en 1987 como director de una marca de zapatos de su país de origen.
-¿De dónde nos llama?- dice De Matos, quien minutos antes había cogido el teléfono
-Barcelona- le responde alguien, al otro lado de la línea
-Y, ¿qué desea?
-Una foto-escultura para una tarta de cumpleaños
De Matos explica que se trata de lo que más les piden en esta época del año: para aniversarios, para comuniones o para bodas, aunque los novios van poco por lo aparatoso de trasladarse con los trajes. Y es que, a diferencia de lo que hacen en Japón, en ThreeDee-You no utilizan fotos o vídeos para realizar las esculturas: es obligatorio que la persona vaya a los estudios, la necesitan de cuerpo presente.
Y eso fue precisamente lo que hizo un grupo de amigos en 2011. Querían regalarle algo especial a una pareja que se iba a casar y cada uno fue con algo gracioso que lo caracterizara. Uno de ellos llevó un váter, y se inmortalizó sentado en él.
Su figura se exhibe en un anaquel en la recepción de ThreeDee-You, en medio de mujeres embarazadas y deportistas amateur, que son los retratos que más les piden, durante todo el año. También hay madres con sus niños en brazos, parejas besándose, niños con sus mascotas; unos están sentados y otros de pie. En el ejército de petrificados por De Matos hay algunos rostros conocidos, como los de Nacho y Ricardo, del programa Las Bodas de Sálvame.
«Estimulamos la creatividad de nuestros clientes. Tienen acceso a un tipo de arte que no es asequible para todo el mundo. De allí que al tener la posibilidad busquen ideas divertidas para aplicarlas», dice De Matos, quien recuerda al hombre que se retrató con su botella de whisky, al que se bajó los pantalones y a aquella chica que se llevó su colección de peluches.
También se acuerda del grupo de amigos que, en la semana del Orgullo Gay de 2010, cuando la tienda acababa de abrir sus puertas al público, se retrataron entre desnudos y semidesnudos, y nunca fueron a buscar sus figuritas. De Matos las guarda en una habitación aparte y cuenta que, a raíz de eso, a partir de 2011 aprovechan su ubicación en Chueca para lanzar una promoción todos los años, en esas fechas, para aquellos que se atrevan a entrar al cuarto oscuro desnudos. Este año no fue la excepción.
A todos los ha acompañado De Matos, quien conversa con Crónica al frente de un estante lleno de figuritas con historias, que se pueden ver en www.3d-u.es. Miden entre cinco centímetros la más pequeña, y 25 centímetros la más grande; con precios que oscilan entre los 69,50 euros y los 299,50 euros.
De Matos me sugiere que pose con los brazos cogidos por detrás de mi espalda y las manos en puño. También me pide que distribuya el peso por igual entre mis dos piernas, «para que la figura tenga buena estabilidad». Hace algunas recomendaciones al fotógrafo. Ambos seguimos sus indicaciones. Después de casi tres segundos de luces intensas vuelve la oscuridad. En las computadoras comienza a dibujarse la imagen. «Sí se ven los zapatos», señala De Matos, quien desaconseja el uso de ropa y calzado brillante para realizarse la foto-escultura. Me toma una foto adicional con su cámara para que no se escape ningún detalle. Nos despedimos y comienza un proceso que De Matos prefiere no revelar, sobre el que se limita a decir: «La gente nos pregunta por nuestras impresoras tridimensionales, ¡pero si lo más espectacular de nuestra tecnología es el escáner!».
La impresión y pintura tardan cerca de tres semanas. Transcurrido el tiempo de espera, tengo en mis manos una pequeña figura de un «material con características cerámicas». Abro la caja con la misma expectativa de un chaval que recibe un regalo. Entre relleno de papel para evitar daños, la encontré o, mejor dicho, me encontré. De 1,60 metros pasé a 14 centímetros. ¡Me quedé de piedra!
Sonríes mirando a una de las cámaras y mantienes la pose durante dos segundos y medio, en los que luces blancas e intermitentes invaden la habitación. El tiempo es suficiente para que el escáner te mida en el espacio y trace, en las computadoras, dos millones de puntos que conformarán tu figura desde todos los ángulos. Así comienza la aventura de petrificarse en miniatura, y no precisamente por el frío.
ThreeDee-You es el nombre del lugar donde esto sucede. Se trata de un estudio ubicado en el tercer piso del inmueble número 9 de la calle Hortaleza, en Madrid. Cleto de Matos (emparejado, sin hijos) es su director, y recibe allí a Crónica en una tarde veraniega. «Hoy en día la gente no va a estudios, a menos que sean modelos o trabajen en publicidad. Por eso, la gente disfruta esta experiencia, por la preparación», cuenta.
Sin embargo, el producto que entrega a sus clientes dista mucho de ser una foto tradicional: «De esas tenemos millones. Las guardamos, nunca se ven, no son ya un recuerdo. Esto, en cambio, es especial, único, personal y sí lo van a ver». Con esto, De Matos se refiere a la foto-escultura. Y a eso me va a dejar reducida.
En 2010, el portugués De Matos y su estudio fueron pioneros en España y en el mundo. Se adelantaron, incluso, a los japoneses, quienes en 2012 estrenaron su primer estudio tridimensional, en el que la pose se debía mantener por 15 minutos.
«Usamos el escáner de personas más rápido del mundo», argumenta De Matos, quien enumera una lista de países de procedencia de sus clientes: Suecia, Indonesia, Holanda, Francia, Alemania e, incluso, Japón. Asegura que, sumados a los españoles, han sido miles los que se han petrificado en sus estudios, en los últimos cuatro años. Su récord está en más de 40 personas en un día. Pero De Matos no da más detalles. «Llegar aquí costó mucho», explica en castellano perfecto, con un leve acento portugués que no se ha ido a pesar de los 27 años que lleva en España. Llegó a Madrid en 1987 como director de una marca de zapatos de su país de origen.
-¿De dónde nos llama?- dice De Matos, quien minutos antes había cogido el teléfono
-Barcelona- le responde alguien, al otro lado de la línea
-Y, ¿qué desea?
-Una foto-escultura para una tarta de cumpleaños
De Matos explica que se trata de lo que más les piden en esta época del año: para aniversarios, para comuniones o para bodas, aunque los novios van poco por lo aparatoso de trasladarse con los trajes. Y es que, a diferencia de lo que hacen en Japón, en ThreeDee-You no utilizan fotos o vídeos para realizar las esculturas: es obligatorio que la persona vaya a los estudios, la necesitan de cuerpo presente.
Y eso fue precisamente lo que hizo un grupo de amigos en 2011. Querían regalarle algo especial a una pareja que se iba a casar y cada uno fue con algo gracioso que lo caracterizara. Uno de ellos llevó un váter, y se inmortalizó sentado en él.
Su figura se exhibe en un anaquel en la recepción de ThreeDee-You, en medio de mujeres embarazadas y deportistas amateur, que son los retratos que más les piden, durante todo el año. También hay madres con sus niños en brazos, parejas besándose, niños con sus mascotas; unos están sentados y otros de pie. En el ejército de petrificados por De Matos hay algunos rostros conocidos, como los de Nacho y Ricardo, del programa Las Bodas de Sálvame.
«Estimulamos la creatividad de nuestros clientes. Tienen acceso a un tipo de arte que no es asequible para todo el mundo. De allí que al tener la posibilidad busquen ideas divertidas para aplicarlas», dice De Matos, quien recuerda al hombre que se retrató con su botella de whisky, al que se bajó los pantalones y a aquella chica que se llevó su colección de peluches.
También se acuerda del grupo de amigos que, en la semana del Orgullo Gay de 2010, cuando la tienda acababa de abrir sus puertas al público, se retrataron entre desnudos y semidesnudos, y nunca fueron a buscar sus figuritas. De Matos las guarda en una habitación aparte y cuenta que, a raíz de eso, a partir de 2011 aprovechan su ubicación en Chueca para lanzar una promoción todos los años, en esas fechas, para aquellos que se atrevan a entrar al cuarto oscuro desnudos. Este año no fue la excepción.
A todos los ha acompañado De Matos, quien conversa con Crónica al frente de un estante lleno de figuritas con historias, que se pueden ver en www.3d-u.es. Miden entre cinco centímetros la más pequeña, y 25 centímetros la más grande; con precios que oscilan entre los 69,50 euros y los 299,50 euros.
De Matos me sugiere que pose con los brazos cogidos por detrás de mi espalda y las manos en puño. También me pide que distribuya el peso por igual entre mis dos piernas, «para que la figura tenga buena estabilidad». Hace algunas recomendaciones al fotógrafo. Ambos seguimos sus indicaciones. Después de casi tres segundos de luces intensas vuelve la oscuridad. En las computadoras comienza a dibujarse la imagen. «Sí se ven los zapatos», señala De Matos, quien desaconseja el uso de ropa y calzado brillante para realizarse la foto-escultura. Me toma una foto adicional con su cámara para que no se escape ningún detalle. Nos despedimos y comienza un proceso que De Matos prefiere no revelar, sobre el que se limita a decir: «La gente nos pregunta por nuestras impresoras tridimensionales, ¡pero si lo más espectacular de nuestra tecnología es el escáner!».
La impresión y pintura tardan cerca de tres semanas. Transcurrido el tiempo de espera, tengo en mis manos una pequeña figura de un «material con características cerámicas». Abro la caja con la misma expectativa de un chaval que recibe un regalo. Entre relleno de papel para evitar daños, la encontré o, mejor dicho, me encontré. De 1,60 metros pasé a 14 centímetros. ¡Me quedé de piedra!
Me quedé de piedra
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Una periodista de Crónica se somete a la 'jibarización' de su cuerpo
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Se realiza con una tecnología única en el mundo
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De 1,60 metros queda reducida a una foto-escultura de 14 cms
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Algunos se inmortalizan con un váter, otros con sus peluches o mascotas...
Una empresa española ha inmortalizado en miniatura a miles de personas.
SERGIO GONZÁLEZ VALERO
Es un cuarto oscuro y
vacío. Las paredes y el techo son negros, al igual que el estante en el
que reposan cuatro computadoras, una al lado de la otra. En cada
esquina, hay una cámara y, debajo, un proyector. En el medio, se erige
una pequeña tarima rectangular. Allí es donde ocurre la magia y allí me coloco yo.
Sonríes mirando a una de las cámaras y mantienes la pose durante dos segundos y medio, en los que luces blancas e intermitentes invaden la habitación. El tiempo es suficiente para que el escáner te mida en el espacio y trace, en las computadoras, dos millones de puntos que conformarán tu figura desde todos los ángulos. Así comienza la aventura de petrificarse en miniatura, y no precisamente por el frío.
ThreeDee-You es el nombre del lugar donde esto sucede. Se trata de un estudio ubicado en el tercer piso del inmueble número 9 de la calle Hortaleza, en Madrid. Cleto de Matos (emparejado, sin hijos) es su director, y recibe allí a Crónica en una tarde veraniega. «Hoy en día la gente no va a estudios, a menos que sean modelos o trabajen en publicidad. Por eso, la gente disfruta esta experiencia, por la preparación», cuenta.
Sin embargo, el producto que entrega a sus clientes dista mucho de ser una foto tradicional: «De esas tenemos millones. Las guardamos, nunca se ven, no son ya un recuerdo. Esto, en cambio, es especial, único, personal y sí lo van a ver». Con esto, De Matos se refiere a la foto-escultura. Y a eso me va a dejar reducida.
En 2010, el portugués De Matos y su estudio fueron pioneros en España y en el mundo. Se adelantaron, incluso, a los japoneses, quienes en 2012 estrenaron su primer estudio tridimensional, en el que la pose se debía mantener por 15 minutos.
«Usamos el escáner de personas más rápido del mundo», argumenta De Matos, quien enumera una lista de países de procedencia de sus clientes: Suecia, Indonesia, Holanda, Francia, Alemania e, incluso, Japón. Asegura que, sumados a los españoles, han sido miles los que se han petrificado en sus estudios, en los últimos cuatro años. Su récord está en más de 40 personas en un día. Pero De Matos no da más detalles. «Llegar aquí costó mucho», explica en castellano perfecto, con un leve acento portugués que no se ha ido a pesar de los 27 años que lleva en España. Llegó a Madrid en 1987 como director de una marca de zapatos de su país de origen.
-¿De dónde nos llama?- dice De Matos, quien minutos antes había cogido el teléfono
-Barcelona- le responde alguien, al otro lado de la línea
-Y, ¿qué desea?
-Una foto-escultura para una tarta de cumpleaños
De Matos explica que se trata de lo que más les piden en esta época del año: para aniversarios, para comuniones o para bodas, aunque los novios van poco por lo aparatoso de trasladarse con los trajes. Y es que, a diferencia de lo que hacen en Japón, en ThreeDee-You no utilizan fotos o vídeos para realizar las esculturas: es obligatorio que la persona vaya a los estudios, la necesitan de cuerpo presente.
Y eso fue precisamente lo que hizo un grupo de amigos en 2011. Querían regalarle algo especial a una pareja que se iba a casar y cada uno fue con algo gracioso que lo caracterizara. Uno de ellos llevó un váter, y se inmortalizó sentado en él.
Su figura se exhibe en un anaquel en la recepción de ThreeDee-You, en medio de mujeres embarazadas y deportistas amateur, que son los retratos que más les piden, durante todo el año. También hay madres con sus niños en brazos, parejas besándose, niños con sus mascotas; unos están sentados y otros de pie. En el ejército de petrificados por De Matos hay algunos rostros conocidos, como los de Nacho y Ricardo, del programa Las Bodas de Sálvame.
«Estimulamos la creatividad de nuestros clientes. Tienen acceso a un tipo de arte que no es asequible para todo el mundo. De allí que al tener la posibilidad busquen ideas divertidas para aplicarlas», dice De Matos, quien recuerda al hombre que se retrató con su botella de whisky, al que se bajó los pantalones y a aquella chica que se llevó su colección de peluches.
También se acuerda del grupo de amigos que, en la semana del Orgullo Gay de 2010, cuando la tienda acababa de abrir sus puertas al público, se retrataron entre desnudos y semidesnudos, y nunca fueron a buscar sus figuritas. De Matos las guarda en una habitación aparte y cuenta que, a raíz de eso, a partir de 2011 aprovechan su ubicación en Chueca para lanzar una promoción todos los años, en esas fechas, para aquellos que se atrevan a entrar al cuarto oscuro desnudos. Este año no fue la excepción.
A todos los ha acompañado De Matos, quien conversa con Crónica al frente de un estante lleno de figuritas con historias, que se pueden ver en www.3d-u.es. Miden entre cinco centímetros la más pequeña, y 25 centímetros la más grande; con precios que oscilan entre los 69,50 euros y los 299,50 euros.
De Matos me sugiere que pose con los brazos cogidos por detrás de mi espalda y las manos en puño. También me pide que distribuya el peso por igual entre mis dos piernas, «para que la figura tenga buena estabilidad». Hace algunas recomendaciones al fotógrafo. Ambos seguimos sus indicaciones. Después de casi tres segundos de luces intensas vuelve la oscuridad. En las computadoras comienza a dibujarse la imagen. «Sí se ven los zapatos», señala De Matos, quien desaconseja el uso de ropa y calzado brillante para realizarse la foto-escultura. Me toma una foto adicional con su cámara para que no se escape ningún detalle. Nos despedimos y comienza un proceso que De Matos prefiere no revelar, sobre el que se limita a decir: «La gente nos pregunta por nuestras impresoras tridimensionales, ¡pero si lo más espectacular de nuestra tecnología es el escáner!».
La impresión y pintura tardan cerca de tres semanas. Transcurrido el tiempo de espera, tengo en mis manos una pequeña figura de un «material con características cerámicas». Abro la caja con la misma expectativa de un chaval que recibe un regalo. Entre relleno de papel para evitar daños, la encontré o, mejor dicho, me encontré. De 1,60 metros pasé a 14 centímetros. ¡Me quedé de piedra!
Sonríes mirando a una de las cámaras y mantienes la pose durante dos segundos y medio, en los que luces blancas e intermitentes invaden la habitación. El tiempo es suficiente para que el escáner te mida en el espacio y trace, en las computadoras, dos millones de puntos que conformarán tu figura desde todos los ángulos. Así comienza la aventura de petrificarse en miniatura, y no precisamente por el frío.
ThreeDee-You es el nombre del lugar donde esto sucede. Se trata de un estudio ubicado en el tercer piso del inmueble número 9 de la calle Hortaleza, en Madrid. Cleto de Matos (emparejado, sin hijos) es su director, y recibe allí a Crónica en una tarde veraniega. «Hoy en día la gente no va a estudios, a menos que sean modelos o trabajen en publicidad. Por eso, la gente disfruta esta experiencia, por la preparación», cuenta.
Sin embargo, el producto que entrega a sus clientes dista mucho de ser una foto tradicional: «De esas tenemos millones. Las guardamos, nunca se ven, no son ya un recuerdo. Esto, en cambio, es especial, único, personal y sí lo van a ver». Con esto, De Matos se refiere a la foto-escultura. Y a eso me va a dejar reducida.
En 2010, el portugués De Matos y su estudio fueron pioneros en España y en el mundo. Se adelantaron, incluso, a los japoneses, quienes en 2012 estrenaron su primer estudio tridimensional, en el que la pose se debía mantener por 15 minutos.
«Usamos el escáner de personas más rápido del mundo», argumenta De Matos, quien enumera una lista de países de procedencia de sus clientes: Suecia, Indonesia, Holanda, Francia, Alemania e, incluso, Japón. Asegura que, sumados a los españoles, han sido miles los que se han petrificado en sus estudios, en los últimos cuatro años. Su récord está en más de 40 personas en un día. Pero De Matos no da más detalles. «Llegar aquí costó mucho», explica en castellano perfecto, con un leve acento portugués que no se ha ido a pesar de los 27 años que lleva en España. Llegó a Madrid en 1987 como director de una marca de zapatos de su país de origen.
-¿De dónde nos llama?- dice De Matos, quien minutos antes había cogido el teléfono
-Barcelona- le responde alguien, al otro lado de la línea
-Y, ¿qué desea?
-Una foto-escultura para una tarta de cumpleaños
De Matos explica que se trata de lo que más les piden en esta época del año: para aniversarios, para comuniones o para bodas, aunque los novios van poco por lo aparatoso de trasladarse con los trajes. Y es que, a diferencia de lo que hacen en Japón, en ThreeDee-You no utilizan fotos o vídeos para realizar las esculturas: es obligatorio que la persona vaya a los estudios, la necesitan de cuerpo presente.
Y eso fue precisamente lo que hizo un grupo de amigos en 2011. Querían regalarle algo especial a una pareja que se iba a casar y cada uno fue con algo gracioso que lo caracterizara. Uno de ellos llevó un váter, y se inmortalizó sentado en él.
Su figura se exhibe en un anaquel en la recepción de ThreeDee-You, en medio de mujeres embarazadas y deportistas amateur, que son los retratos que más les piden, durante todo el año. También hay madres con sus niños en brazos, parejas besándose, niños con sus mascotas; unos están sentados y otros de pie. En el ejército de petrificados por De Matos hay algunos rostros conocidos, como los de Nacho y Ricardo, del programa Las Bodas de Sálvame.
«Estimulamos la creatividad de nuestros clientes. Tienen acceso a un tipo de arte que no es asequible para todo el mundo. De allí que al tener la posibilidad busquen ideas divertidas para aplicarlas», dice De Matos, quien recuerda al hombre que se retrató con su botella de whisky, al que se bajó los pantalones y a aquella chica que se llevó su colección de peluches.
También se acuerda del grupo de amigos que, en la semana del Orgullo Gay de 2010, cuando la tienda acababa de abrir sus puertas al público, se retrataron entre desnudos y semidesnudos, y nunca fueron a buscar sus figuritas. De Matos las guarda en una habitación aparte y cuenta que, a raíz de eso, a partir de 2011 aprovechan su ubicación en Chueca para lanzar una promoción todos los años, en esas fechas, para aquellos que se atrevan a entrar al cuarto oscuro desnudos. Este año no fue la excepción.
A todos los ha acompañado De Matos, quien conversa con Crónica al frente de un estante lleno de figuritas con historias, que se pueden ver en www.3d-u.es. Miden entre cinco centímetros la más pequeña, y 25 centímetros la más grande; con precios que oscilan entre los 69,50 euros y los 299,50 euros.
De Matos me sugiere que pose con los brazos cogidos por detrás de mi espalda y las manos en puño. También me pide que distribuya el peso por igual entre mis dos piernas, «para que la figura tenga buena estabilidad». Hace algunas recomendaciones al fotógrafo. Ambos seguimos sus indicaciones. Después de casi tres segundos de luces intensas vuelve la oscuridad. En las computadoras comienza a dibujarse la imagen. «Sí se ven los zapatos», señala De Matos, quien desaconseja el uso de ropa y calzado brillante para realizarse la foto-escultura. Me toma una foto adicional con su cámara para que no se escape ningún detalle. Nos despedimos y comienza un proceso que De Matos prefiere no revelar, sobre el que se limita a decir: «La gente nos pregunta por nuestras impresoras tridimensionales, ¡pero si lo más espectacular de nuestra tecnología es el escáner!».
La impresión y pintura tardan cerca de tres semanas. Transcurrido el tiempo de espera, tengo en mis manos una pequeña figura de un «material con características cerámicas». Abro la caja con la misma expectativa de un chaval que recibe un regalo. Entre relleno de papel para evitar daños, la encontré o, mejor dicho, me encontré. De 1,60 metros pasé a 14 centímetros. ¡Me quedé de piedra!
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