Su obra
Wade Davis ha publicado artículos en revistas como Outside, National Geographic (para la cual es explorador residente),Fortune, Men’sJournal y CondéNastTraveler.
Nueve de sus libros han sido traducidos al español y uno de ellos, sobre sus experiencias sobre el vudú en Haití inspiraron la película de terror La serpiente y el arco iris, de Wes Craven
Su más reciente libro ’Into the Silence’ ganó en el 2012 el Samuel Johnson Prize de no ficción.
Wade Davis ha publicado artículos en revistas como Outside, National Geographic (para la cual es explorador residente),Fortune, Men’sJournal y CondéNastTraveler.
Nueve de sus libros han sido traducidos al español y uno de ellos, sobre sus experiencias sobre el vudú en Haití inspiraron la película de terror La serpiente y el arco iris, de Wes Craven
Su más reciente libro ’Into the Silence’ ganó en el 2012 el Samuel Johnson Prize de no ficción.
El conversatorio con Wade Davis será el martes 4 de febrero, a las 9:00 a.m., en el Auditorio No. 3 de la Universidad del Valle Meléndez.
Especial para El País
Dicho libro sigue los pasos del etnobotánico Richard Evans Schultes, en su recorrido por Mitú hasta el río Apaporis, donde investigó la sabiduría que tienen los pueblos indígenas sobre la riqueza natural que ofrece la selva.
Davis, quien fue discípulo de Schultes, es autor de numerosos libros enfocados en la etnobotánica y el medio ambiente fue uno de los invitados al Hay Festival de Cartagena, que culminó el domingo.
Este martes, los caleños podrán conocer de cerca su pensamiento durante un conversatorio que dará en la Universidad del Valle, invitado por la Escuela de Comunicación Social de la Facultad de Artes Integradas y por la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas.
En diálogo con El País, Davis elogió el resultado logrado por Dorado en ‘Apapaporis’. “Lo que yo observo es que no es una simple adaptación del libro, es más bien una obra de autor, que tiene su propio poder. Por eso me parece que la película sale muy bien”, señaló.
A propósito su libro ‘El río’, Davis reconoció su admiración por su maestro Richard Evans Schultes, pero puso en perspectiva su papel en la investigación sobre la Selva Amazónica.
“Es muy importante recordar que al tiempo que Schultes estaba en Colombia trabajando, también había un montón de científicos colombianos metidos en el monte estudiando las plantas y publicando artículos y libros. Es el caso de Hernando García Barriga, Roberto Jaramillo, Jesús Idrobo o Isidoro Cabrera, profesor de la Universidad del Valle, por ejemplo, quien trabajó con Schultes dos años, y vio el río Apaporis”.
Davis agregó que fue un equipo científico que hizo un trabajo de un nivel enorme, en tiempos en que nadie hablaba del patrimonio que encerraba para el país la naturaleza de la selva y los pueblos indígenas que la habitan y que de verdad entienden los bosques.
El etnobotánico canadiense recordó que su amor por Colombia surgió precisamente en Cali, adonde llegó en 1974, cuando apenas tenía 14 años. “Era un chico canadiense que llegó con un grupo de siete muchachos. Me alojé con una familia en Dapa. El ambiente familiar que tuve allí fue tan especial, que sentí que por fin había encontrado mi casa, mi país. En Cali tuve mi primera novia y mi primera borrachera, era más que suficiente para enamorarme de Colombia”.
Posteriormente, Davis regresó al país para hacer investigaciones en la Sierra Nevada y Amazonia, y vivir con grupos indígenas. Esas experiencias le ayudaron a escribir su libro ‘El río’. “Más que un libro de viaje sobre la etnobotánica, es una carta de amor. He vivido momentos mágicos aquí, incluyendo la película de Antonio Dorado. Lo que quiero decir es que mi relación con el pueblo colombiano siempre ha sido para mí un regalo. Mi vida empezó en Colombia, así que siempre estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por este país”.
Agregó que su sentido del valor que tienen los pueblos autóctonos y el medio ambiente lo han motivado a trabajar en su defensa . “Cada cultura tiene algo que enseñarnos a todos y todos los seres humanos provienen de la misma raíz genética. No existe una escala que sube desde el salvaje hasta el civilizado esa es una mentira legada del Siglo XIX”.
Wade Davis señaló que cada cultura constituye una respuesta para una pregunta fundamental, sobre qué significa el ser humano.
“Cuando las culturas del mundo responden esa pregunta lo hace en siete mil idiomas y lenguas, y cada una de ellas es como las raíces del gran árbol humano y eso es patrimonio de todos nosotros. Como escritor, lo que siempre he tratado de hacer es ampliar la voz de esos pueblos y todo lo que ellos tienen para ofrecernos, para enseñarnos”, concluyó el investigador.
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