miércoles, 23 de julio de 2014

LA CARTA DE UN PACIENTE CON ALZHEIMER

El periodista Jesús Espada ha sido el ganador del III Concurso de Cartas de Amor de Cobisa (Toledo) con una emocionante carta escrita a mano que tiene como telón de fondo el pulso que un matrimonio anciano mantiene día a día contra el alzheimer. Seguro que después de leerla a ti, como a nosotras, también se te encoge un poco el corazón.
El periodista de Radio Castilla-La Mancha Jesús Espada ha ganado un concurso literario dejándonos al borde de las lágrimas. Lo ha hecho con una carta de amor, en mayúsculas, en la que se mete en la piel de un hombre con alzheimer e imagina lo que le escribiría a su mujer en un momento de lucidez, agradeciéndole lo mucho que le cuida y su empeño en "hacerle feliz, a pesar de todo". Una carta que nos entristece pero que nos alegra también pues nos recuerda a aquellas parejas capaces de quererse toda su vida (seguro que en nuestra familia encontramos ejemplos) o a aquellas grandes historias de amor, como la reciente película de Michael Haneke que trataba este mismo tema y se titulaba, precisamente, Amor.

Esta es la transcripción de la carta

© Jesús Espada "Querida Julia:Te escribo ahora, mientras duermes, por si mañana ya no fuera yo el que amanece a tu lado. En estos viajes de ida y vuelta cada vez paso más tiempo al otro lado y en uno de ellos, ¿quién sabe?, temo que ya no habrá regreso.

Por si mañana ya no soy capaz de entender esto que me ocurre. Por si mañana ya no puedo decirte cómo admiro y valoro tu entereza, este empeño tuyo por estar a mi lado, tratando de hacerme feliz a pesar de todo, como siempre.

Por si mañana ya no fuera consciente de lo que haces. Cuando colocas papelitos en cada puerta para que no confunda la cocina con el baño; cuando consigues que acabemos riéndonos después de ponerme los zapatos sin calcetines; cuando te empeñas en mantener viva la conversación aunque yo me pierda en cada frase; cuando te acercas disimuladamente y me susurras al oído el nombre de uno de nuestros nietos; cuando respondes con ternura a estos arranques míos de ira que me asaltan, como si algo en mi interior se rebelase contra este destino que me atrapa.

Por esas y por tantas cosas. Por si mañana no recuerdo tu nombre, o el mío.

Por si mañana ya no pudiera darte las gracias. Por si mañana, Julia, no fuera capaz de decirte, aunque sea una última vez, que te quiero.

Tuyo siempre.

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