La hija de Bob Geldof investigó el pasado de la casa donde residía y encontró la historia del suicidio de una embarazada
La trágica muerte de Peaches Geldof todavía no ha
encontrado una explicación. Después de que su cuerpo sin vida fuera
encontrado en su casa mientras su bebé de 11 meses jugaba junto al cadáver, la autopsia no logró concluir qué fue lo que mató a la hija de Bob Geldof y Paula Yates. A la espera de los resultados de la prueba toxicológica, el féretro de la joven fue enterrado ayer entre multitud de rostros famosos [aquí puedes ver una galería de las caras conocidas que asistieron al sepelio. Entre ellas, la de Sara Ferguson].
El fallecimiento de Peaches Geldof sigue estando envuelto en un aura de misterio a la que se suma la última foto que publicó la joven. En un «selfie» en el que la mujer de Thomas Cohen aparece con uno de sus hijos, una misteriosa mano se posa sobre el hombro
derecho de la joven. La imagen, publicada en su cuenta de Instagram,
llevaba un texto de acompañamiento escrito por la propia Peaches: «Este
es un detalle de la fotografía en la que se ve una misteriosa mano fantasma en una foto que hice de Astala y mía en el baño. No es mi mano, ya que con una cogía su cintura y con la otra hacía la foto. Además el ángulo de la mano es muy extraño si fuera la mía».
Fue la propia Peaches Geldof –que reconoció con tan sólo 14 años en una carta abierta al diario «Telegraph» que odiaba su nombre– quien investigó sobre el pasado de su vivienda. El resultado de su búsqueda fue la historia de un matrimonio cuya mujer se suicidó en la bañera cuando estaba embarazada, allá por 1920. Sin duda, la vida de la joven siempre ha estado marcada por la tragedia:
su madre murió de sobredosis y su padrastro fue encontrado sin vida en
la habitación de un hotel después de haber dado un concierto.
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