Niccolo Paganini, el violinista del Diablo
A lo largo de la historia de la música, muchos han sido los virtuosos que han insinuado haber llegado a un acuerdo o pacto con el mismísimo diablo, para conseguir el éxito en la música y ser recordado por sus obras. Tenemos ejemplos recientes, desde Jimi Hendrix a Robert Johnson, y también en la música clásica, donde destaca el caso del violinista italiano Niccolo Paganini, conocido como el violinista del Diablo.Paganini destacó desde muy joven con un instrumento que es muy difícil de dominar. Su padre casi lo martirizaba haciéndole tocar durante horas y horas, y gracias a esto, Niccolo consiguió ser un niño prodigio del violín, pero también desarrollo cierto carácter huraño y extravagante del que hacía gala siempre que podía. Con el tiempo, las enfermedades le fueron mermando el aspecto físico, y entre su extravagante forma de tocar y su aspecto desaliñado, las habladurías sobre un pacto con el Diablo comenzaron a correr como la pólvora.
Paganini se valió de esos rumores para aumentar su fama. Dicen que una enfermedad le había hecho crecer los dedos de forma exagerada, y por eso era capaz de alcanzar notas imposibles. Además, tocaba de una forma muy espectacular, tanto que muchas veces rompía alguna cuerda del violín, pero su maestría le hacía seguir como si nada. Era ese virtuosismo, conseguido a través de horas y horas de trabajo, además de por su don, lo que le hizo famosa. El pacto con el Diablo solo era un truco de “marketing” para atraer la atención de los curiosos.
Sin embargo, esta leyenda urbana sobre Paganini llegó a tal punto que cuando murió, el párroco de la iglesia donde deseaba ser enterrado se negó en rotundo a hacerlo, ya que pensaba de verdad que el músico era adorador de Satanás. Hoy en día, Paganini sigue siendo uno de los violinistas más admirados, y sus caprichos, los más difíciles de dominar para los estudiantes de violín.
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