El caso de las siamesas que confunde a los médicos.
Las siamesas Abby y Britanny Hensel, que desconciertan a los médicos.
El asombroso caso de las siamesas que hace rever la medicina actual.
Lo que conocemos sobre el ser humano, a
nivel científico, avanza de manera vertiginosa. Por esto es posible hoy
tratar exitosamente las más raras y sorprendentes afecciones de manera
que se puedan salvar vidas, como nunca antes.
Sin embargo. existen casos que sorprenden y confunden a la ciencia, por su peculiaridad y su rareza. Entre los casos poco comunes está elo del nacimiento de siameses, el cual se produce cuando dos gemelos no logran separarse mientras se forman en el seno materno.
Entre los pocos nacimientos de siameses que se han registrado a través de la historia, uno se destaca por su increíble singularidad, el de Abby y Brittany Hensel, que ya tienen cumplidos 24 años de edad, y han podido desarrollar una vida ejemplar.
Las siamesas Abby y Britanny nacieron con un solo cuerpo, dos corazones, dos columnas unidas por la pelvis, cuatro pulmones, tres riñones, una caja torácica, un hígado y tres brazos, uno de los cuales -no funcional- fue amputado. Su sistema nervioso es parcialmente compartido y el circulatorio lo es por completo. De su cintura para abajo, todos los órganos son compartidos, incluyendo el sistema reproductivo, los intestinos y la vejiga. Además, poseen una diferencia de altura: Abby mide 1.57 metros y Brittany 1,47 metros. Como sus dos piernas tienen longitudes diferentes, esta última debe pararse de puntillas para asegurar el equilibrio.
Su caso es poco frecuente: se cree que nace un par de gemelos siameses cada 200.000 nacimientos, con posibilidades de sobrevida que oscilan entre el cinco y el 25 por ciento. El por 75 ciento de los siameses son mujeres.
La operación de separación de gemelos unidos es muy compleja y peligrosa. Más allá de que hayan existido casos exitosos, como el de las pequeñas Francesca y Martina en Argentina, los padres de Abby y Brittany decidieron no someterlas a dicho proceso por los riesgos que éste implicaba: una de ellas podía morir o sufrir de deterioros físicos por el resto de su vida.
Aunque puedan contagiarse, por lo general, cuando una se enferma, la otra no lo hace. De hecho, Brittany ha sufrido dos veces neumonía mientras que Abby no. Fue durante una de esas recaídas cuando Abby expresó por primera y última vez su deseo de que fueran separadas. Pero pronto descartó esa idea, prometiendo a Brittany que siempre estarían juntas.
Si bien Abby sólo siente el lado derecho del cuerpo y Brittany el izquierdo, entre ambas han aprendido a coordinar a la perfección sus movimientos: incluso pueden pintar, tocar el piano y practicar deportes.
Viven en perfecta sincronización y es muy frecuente oírlas decir lo mismo a un tiempo o que entre ambas completen una misma idea. Esta comprensión total y anticipación es algo que fascina a los médicos que siguen el caso, pero éstos no han podido estudiarlo debido a una disposición familiar de las gemelas.
Logros y adaptación.
Pocos siameses han logrado tanto como ellas: luego de graduarse, cada una con una licenciatura diferente en la Universidad de Bethel, Abby y Brittany lograron insertarse en el campo laboral como maestras de matemática en cuarto y quinto grado, siendo un claro modelo inspirador para sus alumnos.
Sin embargo. existen casos que sorprenden y confunden a la ciencia, por su peculiaridad y su rareza. Entre los casos poco comunes está elo del nacimiento de siameses, el cual se produce cuando dos gemelos no logran separarse mientras se forman en el seno materno.
Entre los pocos nacimientos de siameses que se han registrado a través de la historia, uno se destaca por su increíble singularidad, el de Abby y Brittany Hensel, que ya tienen cumplidos 24 años de edad, y han podido desarrollar una vida ejemplar.
Aombrosos datos sobre las siamesas que confunde a los médicos
Las siamesas Abby y Britanny nacieron con un solo cuerpo, dos corazones, dos columnas unidas por la pelvis, cuatro pulmones, tres riñones, una caja torácica, un hígado y tres brazos, uno de los cuales -no funcional- fue amputado. Su sistema nervioso es parcialmente compartido y el circulatorio lo es por completo. De su cintura para abajo, todos los órganos son compartidos, incluyendo el sistema reproductivo, los intestinos y la vejiga. Además, poseen una diferencia de altura: Abby mide 1.57 metros y Brittany 1,47 metros. Como sus dos piernas tienen longitudes diferentes, esta última debe pararse de puntillas para asegurar el equilibrio.
Su caso es poco frecuente: se cree que nace un par de gemelos siameses cada 200.000 nacimientos, con posibilidades de sobrevida que oscilan entre el cinco y el 25 por ciento. El por 75 ciento de los siameses son mujeres.
La operación de separación de gemelos unidos es muy compleja y peligrosa. Más allá de que hayan existido casos exitosos, como el de las pequeñas Francesca y Martina en Argentina, los padres de Abby y Brittany decidieron no someterlas a dicho proceso por los riesgos que éste implicaba: una de ellas podía morir o sufrir de deterioros físicos por el resto de su vida.
Aunque puedan contagiarse, por lo general, cuando una se enferma, la otra no lo hace. De hecho, Brittany ha sufrido dos veces neumonía mientras que Abby no. Fue durante una de esas recaídas cuando Abby expresó por primera y última vez su deseo de que fueran separadas. Pero pronto descartó esa idea, prometiendo a Brittany que siempre estarían juntas.
Si bien Abby sólo siente el lado derecho del cuerpo y Brittany el izquierdo, entre ambas han aprendido a coordinar a la perfección sus movimientos: incluso pueden pintar, tocar el piano y practicar deportes.
Viven en perfecta sincronización y es muy frecuente oírlas decir lo mismo a un tiempo o que entre ambas completen una misma idea. Esta comprensión total y anticipación es algo que fascina a los médicos que siguen el caso, pero éstos no han podido estudiarlo debido a una disposición familiar de las gemelas.
Logros y adaptación.
Pocos siameses han logrado tanto como ellas: luego de graduarse, cada una con una licenciatura diferente en la Universidad de Bethel, Abby y Brittany lograron insertarse en el campo laboral como maestras de matemática en cuarto y quinto grado, siendo un claro modelo inspirador para sus alumnos.
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